7 razones por las que envidiar a Jorge Mendes
Sin ser jugador de fútbol ni deportista de élite, el representante portugués Jorge Mendes es un multimillonario que disfruta de una fortuna cosechada a al sombra del fútbol
1. Un tipo exitoso
Casi todos los futbolistas que representa militan en la élite y se cuentan por cientos. A la mayoría de propuestas que le presentan dice 'no' aceptando sólo apuestas de éxito seguro. Es lo que tiene la marca 'Es de Mendes'.
2. Salario de estrella mundial
Con ingresos que rondan los 10 millones de euros por temporada, y con campañas de ventas grandes como las producidas este verano que le han hecho percibir cifras por encima de los 20 kilos convierten a Mendes en el 'Superagente estrella' del fútbol.
3. Controla gran parte del mercado mundial
Controla el mercado portugués... y del fútbol mundial: Cristiano Ronaldo, Diego Costa, Di María, James o De Gea son algunos de los futbolistas que representa. Mourinho es su entrenador estrella
4. Se pelean porque les represente
Con este cartel el número de futbolistas consagrados y futuras promesas que llaman a su puerta se cuentan por decenas al mes. Él y su equipo tienen claro que si la opción no es 'win-win' no se firma nada. Van sobrados de jugadores en cartera.
5. Amigo de las grandes estrellas
La relación de Mendes con sus representados más conocidos no es la de un socio, sino la de un amigo como demuestra la amistad que une al agente con Ronaldo o Mourinho, o con otros personajes como Florentino Pérez.
6. Uno de los personajes más influyentes en el mundo del fútbol
“Si llego a fichar a Falcao le tengo que dar las llaves del club”. Ésto es lo último que dijo de él Florentino Pérez. El mandamás blanco del peso de Mendes en muchos equipo de élite, donde hace y deshace fichajes y ventas a su antojo. Su influencia en el fútbol mundial no tiene parangón.
7. Guapete y famoso
Por si fuera poco todo lo comentado, Jorge Mendes es un tipo apuesto al que no paran de invitar a 'saraos' y de relacionar con modelos que hablarían de una vida ociosa ajetreada, a pesar de tener una preciosa mujer.